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Día del libro

Sin ferias, promociones ni presentaciones, el Covid-19 secuestra al libro

Cuatro autores canarios relatan la incertidumbre que les espera a partir de ahora a sus títulos, la frustración y el futuro poco esperanzador que, de nuevo, sacude al libro, editoriales y librerías

Sin ferias, promociones ni presentaciones, el Covid-19 secuestra al libro

Víctor Álamo de la Rosa recibió el 13 de abril unas cajas con ejemplares de su última novela, 'La ternura del caníbal', que de momento deberán permanecer ahí, sin distribución en las librerías, presentaciones ni ferias. Es el castigo del Covid-19 a la industria del libro, justo el mes en el que se celebra su día grande.

El 23 de abril es el día en el que murieron Shakespeare y Cervantes, el de la rosa en Cataluña y el de los propósitos de leer más, también es el mes de las presentaciones, el lanzamiento de novedades, las ferias y el de mayores ventas editoriales.

Cuatro autores canarios cuentan a Efe cómo la pandemia del coronavirus ha secuestrado sus obras, la incertidumbre que les espera a partir de ahora a sus títulos, la frustración y el futuro poco esperanzador que, de nuevo, sacude al libro, editoriales y librerías.

La editorial Siete Islas había marcado el 15 de abril en la agenda para lanzar al mercado la última novela de Víctor Álamo, una obra con la que el autor cierra el ciclo novelesco compuesto por 'Todas las personas que mueren de amor' y 'El pacto de las viudas'.

Álamo abandona en este ciclo la isla de El Hierro, su Macondo, para crear unas novelas con un punto distópico, alejadas de lugares con nombre y apellidos, para adentrarse en espacios simbólicos, extraños y fantasmagóricos.

El escritor tinerfeño asegura a Efe que el Covid-19 ha "destrozado" completamente la distribución de 'La ternura del caníbal'. "Habíamos recibido más de 1.000 ejemplares, pero ahora la obra está secuestrada en los almacenes, esperando a poder salir a la distribución y venta, una vez se vea la luz tras el confinamiento".

Al otro lado del teléfono, cuenta que todo el esfuerzo anterior al estado de alarma, de casi mes y medio, se ha ido al garete, "un trabajo duro porque hay que estar en contacto con mucha gente, salas para presentaciones, billetes de avión, fechas, pero al final todo ese trabajo saltó por la borda", lamenta.

De momento, se ha quedado sin las presentaciones en El Hierro, Tenerife, Lanzarote y la Feria del Libro de Madrid.

El autor teme que, una vez se abra la veda del confinamiento, se produzca "un boom de presentaciones y publicaciones que resulte hasta ridículo", por lo que cree que lo ideal sería que "las propias editoriales regulen el lanzamiento de los libros porque si no lo que vamos a lograr es que una especie de avalancha tormentosa de publicaciones pasen absolutamente inadvertidas".

Se trataría, continúa explicando, de una "desescalada" también en la edición y promoción de los libros porque, "si no, temo que libros con valor pasarán totalmente desapercibidos".

La poeta tinerfeña Andrea Abreu esperaba que su primera novela 'Panza de burro', con el sello Barrett, saliera a la venta el 15 de abril, ese día escribió en su cuenta de Facebook: "Cada poco pasaba las páginas de la agenda hasta llegar a la hoja correspondiente a esta semana y me pasaba un rato acariciando la inscripción del día 15. Ahora solo hay un garabato mal hecho que deja entrever lo que había escrito. En un mundo que no es este, hoy habría salido mi libro".

Andrea, de 25 años, escribe una historia ambientada en un barrio alto del norte de Tenerife, con dos niñas de diez años confinadas durante todo el verano en una zona alejada de la playa, cubierta por un cielo con panza de burro. En medio de esa atmósfera, empieza a despertar el deseo sexual en la infancia.

Para saber cómo continúa los lectores tendrán que esperar. Andrea no sabe cuándo podrá retomar la campaña de promoción de su novela, "no sé hasta qué punto se va a poder reunir a la gente para presentaciones, ni cómo vamos a poder acercar las novedades a la gente", explica.

Esta periodista se ganaba la vida como dependienta en Madrid hasta que el coronavirus la dejó sin empleo, el mismo día que supo que su novela se quedaba en cajas.

Ahora teme que, tras la era postcoronavirus, los autores más asentados acaparen con un montón de novedades los estantes de las librerías y con ello se haga invisible la labor de los escritores noveles.

Se ha planteado presentaciones por internet, pero las redes están saturadas con tantos eventos culturales, también el eBook, aunque teme que al no estar tan sentada esta posibilidad como la del libro en papel la recepción no sea la esperada y "acabe perdiéndose en la marea de libros electrónicos".

La Premio Canarias de Literatura Cecilia Domínguez Luis ha decidido dedicar su confinamiento a difundir, a través de Facebook, la literatura canaria. Cada día sube a las redes vídeos y fotos de un autor canario y lee algunos de sus poemas o fragmentos de cuentos porque, asegura, la gente debe "aprovechar todo este tiempo para leer".

Cecilia entrevistó a hijos y nietos de mujeres que en los años cincuenta tuvieron que sacar adelante a sus familias después de que sus maridos se marcharan a Venezuela.

De esa investigación, surgió 'La sorriba', una novela situada en Los Eriales, un pueblo imaginario donde seis mujeres, con la ayuda de una maestra represaliada, van contando sus historias. La obra, publicada por Idea, tendrá que esperar un tiempo para llegar a las librerías.

Cecilia se muestra preocupada, sobre todo, por las consecuencias del virus en las librerías, no sabe si muchas de ellas, sobre todo las pequeñas, podrán resistir durante mucho tiempo.

Defensora de la lectura en papel, alerta de que con las tabletas y el pirateo "los escritores salen mal parados, ponen tres euros para bajar una novela y luego se piratea a cinco amigos, entonces hay 15 euros que está perdiendo el escritor y la editorial", argumenta.

El detective Ricardo Blanco también tendrá que esperar algún tiempo para esclarecer la muerte de una influencer en la Feria del Libro de Las Palmas. Es el argumento de 'Las dos Amelias', la última novela del grancanario José Luis Correa.

La novela salió a finales de enero, pero sólo ha podido presentarse en la Semana Negra de Barcelona y en Gran Canaria. El recorrido debía continuar por Lanzarote, Telde, Las Palmas de Gran Canaria, el Tenerife Noir, Castellón Negro..., pero llegó el virus y todo lo paró dejando a Correa y a otros muchos autores sin las grandes citas literarias del año.

Correa asegura que los escritores "cada vez más, nos parecemos a los cantantes que, debido a las descargas, donde hacen dinero es en los conciertos y a nosotros nos pasa lo mismo donde movemos el libro es en las presentaciones, por eso hacemos un montón, antes hacíamos una y ahora estamos constantemente presentando la obra".

Y es que, según el escritor Víctor Álamo de la Rosa, "no podemos permitir que un virus arrase la cultura porque es lo que nos aleja del simio, nos hace crecer intelectualmente y, a la vez, es un motor de felicidad".

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