Elecciones autonómicas 2024

La 'nueva' Cataluña que salió de las elecciones, en mapas y gráficos

Los votos y los escaños han dejado realidades inapelables, como la clara victoria del PSC y el fin de la mayoría independentista

La Cataluña que salió de las urnas, en mapas y gráficos.

La Cataluña que salió de las urnas, en mapas y gráficos. / EPC

Jose Rico / Ricard Gràcia / Francisco José Moya

Cataluña ha vivido, electoralmente hablando, cuatro grandes puntos de inflexión: la caída del pujolismo en 2003, el naufragio del tripartito en 2010, el salto independentista de 2015 y la implosión de 2017. ¿Han significado las elecciones de 2024 un nuevo cambio de rasante? Los votos y los escaños han dejado realidades inapelables, como la clara victoria del PSC y el fin de la mayoría independentista. Pero los mapas también encierran matices que obligan a la cautela en las conclusiones. ¿Está enterrado el 'procés'? ¿Se han roto los bloques? ¿Cataluña ha virado a la derecha? ¿Volvemos al bipartidismo sociovergente? Pasemos el bisturí sobre el escrutinio para resolver estas cuestiones.

La victoria del PSC

Salvador Illa consiguió un holgado triunfo al llevar al PSC a su mejor resultado desde 2003, las elecciones que dieron paso al tripartito. 198.063 votos y siete escaños más que la segunda fuerza, Junts, y ambas con 22 y 15 diputados de distancia sobre la tercera, respectivamente. La fotografía más semejante al antiguo bipartidismo CiU-PSC desde 2006. Illa ganó nueve escaños al sumar 218.193 papeletas más que en 2021, pero obtuvo seis diputados más que Ciutadans cuando ganó 2017 pese a recibir 236.773 votos menos. Y es que la clave principal de estos comicios, a diferencia de los anteriores, fue que la abstención castigó más al independentismo y sobrerrepresentó también a los socialistas.

El PSC mejoró sus apoyos en la gran mayoría de los 947 municipios de Cataluña y ganó en 167, 63 más que en 2021. De nuevo ejercieron de bastiones el Barcelonès, el Vallès, el Baix Llobregat y el Vall d'Aran, con porcentajes de apoyo que llegaron al 47% en poblaciones como BossòstSanta Coloma de Gramenet y La Llagosta. Los resultados más discretos los sacó en Osona, el Gironès, el Pla de l'Estany y la Conca de Barberà.

El duelo PSC-Junts

El mapa municipal tricolor de 2021 pasó a estar dominado por el azul de Junts y el rojo del PSC. Carles Puigdemont se impuso en 726 localidades, el 76% del total y 164 más que hace tres años. Pero aunque JxCat logró 559 victorias más que los socialistas, estos se impusieron en 167 poblaciones que representan el 71% del electorado. En concreto, 3.876.031 catalanes viven en municipios donde ganó el PSC y 1.497.683 viven en núcleos donde venció Junts.

Esta tendencia no es nueva, pero se ha acentuado porque aunque los posconvergentes mejoraron sus resultados en muchas localidades (en especial de la SelvaOsona y la Garrotxa), no lo hicieron con la misma intensidad que el PSC. ERC fue barrida del mapa municipal, pasando de 248 a 43 triunfos, y solo quedó espacio para tres victorias de Aliança Catalana (RipollCampdevànol y Les Llosses). En 2021 se dieron algunas victorias puntuales del PDECat, la CUP, Vox y el PP.

El duelo Junts-ERC

Puigdemont, que ya se ha presentado a tres elecciones catalanas y no ha ganado ninguna, obtuvo el segundo peor resultado para el espacio de la antigua CiU en unas autonómicas en 44 años. Ello a pesar de haber sumado 104.357 papeletas nuevas. ERC encajó su peor resultado de las últimas cuatro elecciones catalanas y fue el partido que más votos perdieron (178.446), incluso más que Ciutadans (136.125). Solo aguantó por encima del 30% en las Terres de l'Ebre.

A pesar del golpe, los republicanos consiguieron retener el 70% de sus votantes de 2021 (más que la CUP, por ejemplo) y el batacazo de Pere Aragonès (-7,6 puntos) fue más leve que el de Gabriel Rufián en las generales (-9,4) y Ernest Maragall en las municipales (-10,1) de 2023.

Los trasvases de voto

Para comprobar si se rompieron los bloques del 'procés', hay que atender a dos datos. Si ERC y la CUP perdieron un total de 240.520 votos, Junts y Aliança Catalana subieron conjuntamente 222.659 sufragios. El trasvase de votos entre fuerzas independentistas se mantiene, pues, muy sólido. Lo que cambia es el reparto: se rompe el empate entre Junts y ERC y emerge una cuarta marca. Las 17.861 papeletas de diferencia acabaron en la abstención o en partidos contrarios al 'procés'.

Sin embargo, en el otro bloque hubo algo más que trasvases internos porque PSC, PP y Vox crecieron un total de 481.757 votos frente a los 136.125 sufragios que retrocedió Ciutadans, fruto de una movilización del voto no independentista poco habitual en unas autonómicas y de una abstención más acentuada de lo normal del bloque del 'procés'.

El voto independentista

El gran titular del escrutinio electoral fue el fin de la mayoría independentista. El apoyo a las formaciones soberanistas se situó en el nivel más bajo desde 1980, tanto en votos como en escaños. Ahora bien, el 43,16% cosechado son cinco puntos de caída respecto a 2021, pero mejora el porcentaje obtenido hace solo un año en las municipales y las generales.

El lastre electoral para el independentismo fue su propia desmovilización, que se tradujo en una abstención marcadamente asimétrica entre los dos bloques. La participación subió muy poco (6,6 puntos) y lo hizo por encima de la media en más de la mitad de los municipios, sobre todo de las zonas con mayor voto independentista. Pero en las poblaciones donde la participación creció más, las más grandes, las papeletas soberanistas cayeron con más fuerza.

En realidad, los independentistas ganaron solo en 50 municipios menos que en 2021 (770 frente a 830), pero ese medio centenar de localidades se encuentran en las áreas más pobladas, lo que ha acentuado la caída general de voto soberanista.

De las 15 ciudades con mayor población, solo hubo más de 50% de papeletas independentistas en Girona (58%), aunque con un descenso de más de seis puntos. De los núcleos de más de 50.000 electores hay que añadir Manresa (58%). De entre 20.000 y 30.000 votantes, destacan Vic (70,39%) y Olot (68,59%). Apenas fueron 27 las localidades con más de 10.000 electores en las que se dio la mayoría independentista. De las más de 730 restantes, en 512 hay menos de 1.000 votantes.

Entre los más 60 municipios que dejaron de tener mayoría independentista destacan Lleida, donde el bloque contrario a la independencia sumó el 52,9%; y Reus, con el 55,19%.

Las derechas

El PP fue otro de los triunfadores de la noche electoral. Fue el partido que más aumentó su zurrón, con 233.131 votos y 12 escaños más que hace tres años. Un 313% más de apoyos que en 2021. Pero este crecimiento no perjudicó en absoluto a Vox, que resistió e, incluso, sumó 30.433 nuevas papeletas. Y es que Alejandro Fernández quedó lejos del umbral de los 400.000 votos que los populares rebasaron en 1995 y 2012.

PP, Vox y Cs sumaron un total de 613.619 sufragios, 127.439 más que en 2021 pero menos de la mitad que en 2017 (1.295.402). El área metropolitana de Barcelona, los entornos de Tarragona y Lleida y el Vall d'Aran fueron los principales asideros de PP y Vox.

Pero al independentismo también le surgió su propia extrema derecha. Vox y Aliança Catalana reunieron en total 366.856 votos (el 11,74%) y 13 diputados. Y no fueron 16 por menos de dos décimas, lo que separó a la ultraderecha independentista de tener tres escaños en Barcelona. Con el Ripollès como fortín y la Cataluña interior como granero del partido de Sílvia Orriols, Vox y Aliança Catalana superaron el 20% de las papeletas en más de 60 municipios.

Al menos uno de cada cinco habitantes de 67 localidades optaron por votar a una de las dos marcas ultras. Figueres fue el municipio con mayor número de votantes (27.657, el 21,73%) a alguna candidatura de la extrema derecha, seguido de Olot (23.737, el 20,1%).

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